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lunes, 23 de septiembre de 2013

Reformitis aguda

¿De qué tamaño es la crisis que se planea reformar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos para poder vender lo que los romanos llamaban la res publica? (O sea, los bienes colectivos, los bienes de la nación) ¿Es verdad que están legislando para aplicar el impuesto al aire? ¿Qué le parecería a Ud., amable lector, que le aplicaran el IVA a la tasa del 19% por cada litro de aire que respirara al día? (Entiéndase la metáfora).
Es verdad que algo muy grave está pasando a nivel mundial desde el 11 de septiembre de 2001: el atentado contra las torres gemelas de Nueva York trajo como secuela las Guerras de Irak y Afganistán.
Las guerras son para obtener un beneficio: el botín de guerra. Son como una partida de ajedrez donde sacrificas una pieza valiosa para obtener una ganancia mayor: ganar el juego mediante un jaque mate, quedar con mejor posición o recuperar el material y quedar con ventaja. Si pasando 8 movimientos no has obtenido ese botín, lo más probable es que pierdas la partida, si tu adversario juega sin equivocarse.
Es como el caso de un acusado en un juicio (independientemente de que sea inocente o culpable): la ley marca un procedimiento que implica una serie de etapas a resolver y eso toma un tiempo para hacerlo. Pero, el abogado del acusado presume de ser un profundo conocedor en materia de corrupción y de tener como amigos a una serie de jueces y magistrados igualmente corruptos; en consecuencia, le dice a su cliente que con un soborno de $50 000 saldrá libre "la próxima semana". Pero, como el acusado sólo reunió $49 999 y le faltó un peso, "se perdió la oportunidad, pero si para la siguiente etapa reúne otros $50 000, ahora sí saldrá libre". A lo que voy es a lo siguiente: si el acusado, en vez de tener a su abogado haciendo lo que marca la ley, se dedica a entregar sobornos para salir rápido y pasa un año (con gastos de $50 000 cada quince días) y no sale libre, está haciendo las cosas doblemente mal. Primero, porque sobornar es ilegal e inmoral. Segundo, porque es una estupidez: el soborno sería con la idea de salir libre en una semana o dos, y no la de perder el patrimonio sin recuperar la libertad.
Pues bien, las Guerras en el Medio Oriente no sólo no le proporcionaron ese botín a nuestros vecinos del Norte, sino que se prolongaron hasta la fecha y sin que se les vea un callejón de salida. Eso, combinado con políticas estúpidas como el horario de verano, los altos sueldos de los ejecutivos y los legisladores, las recomendaciones del FMI, etc., etc., han llevado a que la crisis pasara de epidémica a pandémica: la crisis del dólar, la crisis del euro, la quiebra de España, Portugal, Grecia, Italia, Egipto, Libia, Siria, etc., etc. Y, por cierto, la crisis en Siria invita a una nueva guerra, donde, si los Estados Unidos de Norteamérica entran en conflicto para derrocar al tirano Bashar al-Asad, se van a meter (como decimos los ajedrecistas xalapeños) en un lión de melena larga. Porque este tirano, según la información que ofrecen los medios de comunicación, está mucho mejor armado que Saddam Hussein en su momento.
Lo que se ha percibido en las últimas décadas, es que el lado oscuro de la globalización consiste en que las crisis económicas, ahora, más que nunca, no sólo afectan a un país, sino a muchos. Producen una especie de "efecto dominó": el efecto Tequila tuvo su origen en nuestro país, pero no fue ni el primero ni el último, pues muchos otros países han generado el suyo, con perjuicios globales.
Todo esto me preocupa, porque yo sólo soy un compositor de música que planea dar a conocer sus composiciones y arreglos musicales. Esto lo tengo que hacer en un contexto socio-económico y político, donde el gobierno de mi país notoriamente busca desentenderse de su función como gobierno: pone a remate la res publica al grado de no poder ni siquiera garantizar la salud física de sus gobernados, pues tanto en materia de salud como de seguridad pública, el gobierno está ausente. Pero si los ciudadanos se unen para hacer comités de defensa ciudadana, el gobierno interviene para deshacerlos: no les garantiza la seguridad, pero les impide organizarse para autodefenderse. O, como en 2009, cuando se desató la pandemia de la influenza A-h1n1: se habría podido enfrentar con mucha eficacia en un país civilizado, pero como en México, el dinero es para cubrir los altos sueldos y prestaciones de la clase política, no había dinero para la investigación en materia de prevención y la bomba estalló. Y lo hizo con alcances internacionales.
En resumen, que para dar a conocer mi obra, tengo que pensar como empresario. ¿Pero cómo voy a recuperar mi inversión económica si todo mundo está quebrado? ¿A qué horas van a ir a mis conciertos si todos están afligidos y enfrascados en la lucha contra las reformas laboral, perdón, educativa, fiscal y energética? ¿Cómo le voy a hacer para llegar a tiempo a mis compromisos si las vías arteriales de mi país están bloqueadas por millones de manifestantes? ¿A qué país voy a ir si todos los mexicanos que pueden emigran y en los países destino nos perciben como a la peste? Pues el racismo de ciertos países, con todo lo irracional que tenga, finalmente tiene, en el fondo, la misma idea por la cual los perros orinan en los postes de la energía eléctrica: marcar territorio, señalar cotos de caza. Además, la mayoría son países que también están en crisis.
Todo lo anterior es lo que ocurre, pero lo que viene, se percibe más oscuro y amenazador que el huracán Katrina: según Alida Piñón (Diario AZ, martes 17 de septiembre de 2013) "Para el gobierno de la República no hay distinción entre un concierto de una estrella internacional como Madonna -por el que un boleto en primera fila costó en noviembre de 2012 diez mil setecientos pesos en el Foro Sol-, que un concierto de la Orquesta Sinfónica Nacional -con precio de hasta 160 pesos en el Palacio de Bellas Artes -o una función de cualquier compañía de danza contemporánea. Son espectáculos públicos y de aprobarse la Reforma Hacendaria propuesta por el presidente Enrique Peña Nieto, el costo del boleto ya no estará libre de impuesto, se gravará y no será deducible para el contribuyente. Además, según el proyecto, el teatro y el circo son 'las actividades culturales más antiguas de la civilización', por lo que sólo estas mantendrán la excepción". Genial. La danza contemporánea (lo sé, porque nuestra organización Katarsis tiene un grupo de danza y, de vez en cuando hacemos estudios de mercado) se las ve negras para tener público. No me refiero nada más a mi grupo, a todos les sucede lo mismo. Tampoco me refiero a la calidad de los eventos, que suele ser buena, sino al esfuerzo y gasto publicitario que hay que hacer para convencer a un puñado de gentes, pues no tenemos el poder de convocatoria de Carlo$ Slim. Al menos, acá en Xalapa, los bailarines saltan de contentos cuando logran meter 30 espectadores a una función, porque han roto un récord de ventas. Si así a la gente se les hace duro pagar un boleto de $50 pesos por ir a verlos, con el 16% del IVA se les hará aún más inaccesible el "espectáculo". Sobra decir que con 30 espectadores a $50 por boleto, la compañía de danza en acción no sólo no recuperará lo invertido en publicidad, vestuario y escenografía, sino que ni siquiera le alcanzará para pagarle un sueldo justo a los bailarines. Y a $58 pesos, a este depauperado público, le parecerá que el precio está por las nubes. Curiosamente, los espectáculos circenses suelen tener mucho más público que una función de danza contemporánea y a esos no se les va a aplicar el impuesto. De ahí que la lógica no es recaudar impuestos, sino de poner a la cultura entre la espada y la pared: es una revancha, puesto que una gran cantidad de artistas e intelectuales abogaron por candidatos diferentes a EPN durante el pasado periodo electoral presidencial. Además, entre más inculta sea la población, más fácil será de manipular con sobornos baratos tales como un monedero electrónico con $700 pesos, un pollo rostizado o una torta y una bebida gaseosa. Pues, lamentablemente, el nivel socio cultural de la mayoría del pueblo mexicano así anda: no piensan más allá de lo inmediato y lo hacen con miras muy cortas. De ahí que les parece bien comprometer su futuro, el de su patria y el de sus hijos a cambio de una torta y una gaseosa.
Otro punto es el que señaló Franz Fanon en Los condenados de la tierra: en periodos de escasez, al "otro" se le percibe como enemigo. Es el casos de los intelectuales y de los artistas: pese a que ven el tamaño de la bola de nieve que se les viene encima, se aferran a sus pequeños cotos de poder y permanecen divididos e inactivos, desde los funcionarios culturales, hasta los artistas de "a pie". ¿La reforma fiscal considera recaudar dinero de la proyección de películas norteamericanas en nuestro país o a los de Hollywood también se les va a conceder la exención de impuestos? Porque el cine mexicano está en crisis y, si se derogara la ley 226 pero no los estímulos a los cineastas norteamericanos, no habrá cine mexicano hasta que rectifiquen la ley.
Probablemente, los que están legislando en estas materias sean abogados, quienes se van a enriquecer tramitando amparos contra las leyes que ellos mismos promulgan. (Ojo abogados, aquí hay un área de oportunidad). Por cierto, lo primero que dice el Artículo 14 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos es "A ninguna ley se dará efecto retroactivo en perjuicio de persona alguna". Pero, como los profesores, en su mayoría, son ignorantes en materia de leyes, prefieren estar bloqueando calles y perjudicando a terceros que estarse preparando para contratar a sus respectivos abogados y llenar los tribunales de la Suprema Corte de Justicia con amparos. En mi opinión, ésta sería una estrategia más inteligente y eficaz que estar bloqueando las vías de comunicación y ausentándose del aula. Un amparo aislado o dos, no son problema. Millones de amparos si demostrarían que la nueva ley es violadora de derechos humanos y pondrían a los legisladores en jaque. También los seguidores de Andrés Manuel López Obrador andan por el estilo. Ausentarse del aula por largos periodos, sólo redunda en que los niños no aprendan lo que tienen que aprender y, por consiguiente, cuando les llegue el momento, cambiarán su futuro, el de sus descendientes y el de su nación, por tortas y gaseosas.
A pesar de todo el panorama anterior, nosotros seguimos en pie y ofreceremos el concierto multidisciplinario "Lunas de octubre" en El Ágora de Xalapa, Veracruz, el próximo 18 de octubre, a las 20 horas. Y vamos a cobrar $200 entrada general y $50 para estudiantes. No podemos cobrar menos, debido a lo anteriormente expuesto. En este evento planeamos proyectar imágenes visuales al tiempo que los bailarines hacen lo suyo de manera presencial o los músicos y la cantante también. Se escucharán muchas composiciones mías, dos canciones de Ángela Peralta, un arreglo para cuarteto de cuerdas del primer movimiento de la sonata "Claro de Luna" de Ludwig van Beethoven, etc.
Nosotros le estamos apostando a la calidad. Y nos negamos a desaparecer.

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