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martes, 22 de marzo de 2016

Bélgica, violencia.

Todos los días las manos de la humanidad se llenan de sangre inocente. Las causas, según el victimario, siempre son "las mejores". Y siempre se olvida que la violencia es como un boomerang: la violencia sólo engendra más violencia. Insisto en la cita bíblica "el que a hierro mata, a hierro muere". También la ley del Talión es muy vieja: "ojo por ojo, diente por diente". Esta ley no se debe aplicar, porque convierte a la víctima en victimario y hace que la cadena de la violencia se perpetúe; por lo que, en técnicas jurídicas más modernas, se debe hablar de prevenir y luego de corregir, sin ponerse al nivel del asesino.
Por otra parte, la violencia y el bullying escolar tienen algo en común: los victimarios están tratando de decir algo o de desquitarse de alguien con quien sea. El violador, de chico sufrió un abuso sexual y nadie estuvo ahí para defenderlo. Por eso, como dice el refrán: los victimarios "ya no buscan al que se las hizo, sino al que se las pague". Es el caso de Donald Trump contra todos los mexicanos, es el caso de los yihadistas contra todos los judíos y todos los europeos. Es el caso de los sionistas contra los palestinos y otros musulmanes. Es el caso de los nazis contra los judíos y contra todo el mundo.
Me explico. Tengo que empezar desde algún punto, pues da lo mismo que yo diga que primero fue el huevo y luego la gallina o que sostenga lo contrario, que del huevo salió la gallina. Puedo empezar diciendo que "los palestinos lanzaron misiles sobre un asilo de ancianos, en Israel y éstos contestaron lanzando bombas contra una escuela de niños, por lo que los palestinos pusieron una bomba en una guardería, lo cual provocó que los israelitas enviaran tanques de guerra a una población y la arrasaran, etc. etc. y que los israelistas se están desquitando con los palestinos de lo que les hicieron los nazis en Alemania; los cuales, a su vez, la emprendieron contra los judíos por su irritación contra la crisis del capitalismo de 1927-1929". Pero también puedo decir que la cosa empezó así: "los israelíes lanzaron misiles sobre un asilo de ancianos, en Palestina y los palestinos contestaron lanzando bombas contra una escuela de niños, por lo que los israelíes enviaron aviones que lanzaron bombas sobre una guardería, lo cual provocó que los palestinos enviaran una lluvia de misiles katyusha a una población y la arrasaran, etc. etc. y que los palestinos se están desquitando de los israelíes porque les éstos les quitaron sus tierras a las cuales llegaron huyendo de los nazis alemanes". Da lo mismo de donde empiece, pues me puedo remontar a La Biblia, a los relatos de Sansón y Dalila o al del Rey David.
En México, las desastrosas políticas agrarias, por ejemplo, en Sinaloa, consistían en mantener muertos de hambre a los campesinos, en nunca darles un apoyo financiero ni un seguro contra desastres naturales, pero sí enviar a las tropas a confiscarles cuanta riqueza produjeran bajo el pretexto de cualquier infracción a la ley. Y ya en acción, los soldados de más baja clase, aprovecharon para cometer toda clase de abusos: violaciones, bullying. "Nos mataron a la gente, nos mataron a los bueyes, a los cochinos, a los pollos, se comieron todos los frijoles y quemaron toda la plantación", como diría una campesina, víctima del despojo. Hasta que un campesino descubrió que a los gringos les gustaba fumar mariguana y que pagaban bien por ella. Dejaron de producir frijol, maíz, lechugas o jitomates y se dedicaron a cultivar la hierba de la felicidad, la "mota". Desde luego que, cuando lo hicieron, lo hicieron a sabiendas de que estaban transgrediendo la ley; pero, en materia legal, ¿cuál era la diferencia? Por consiguiente se prepararon para ello. De ahí a escalar a los niveles de violencia actuales, sólo fue dar el primer paso. Ah, pero eso sí, el precandidato Donald Trump, con una visión parcial de los hechos, exacerba el odio contra todos los mexicanos, amenazándolos con cobrarles la construcción de un estúpido e inútil muro o con la guerra en caso de negarse a sus delirantes pretensiones. Pretende enviar al ejército más poderoso del mundo contra sus antiguos aliados, matando a niños y niñas, ancianos, artistas, médicos, ingenieros y a cuanta gente ajena al tráfico de drogas que trabaja honradamente aquí en México y sin desplazar a los norteamericanos en los E.U.A.
Desconozco a fondo las razones de los yihadistas. Pero me da la impresión de que, además de los fanatismos religiosos, hay mucho odio de por medio para cometer tamañas atrocidades. Pero nos están jodiendo, al igual que Trump, a todos. A los que no la debemos, a los que no tenemos vela en el entierro: de entrada, se viene una crisis económica. En seguida, las policías europeas y las aduanas, endurecerán las restricciones contra todos, sobre todo contra los turistas y los emigrantes, sean de la nacionalidad que sean. Los dirigentes fascistas, estarán felices de endurecer el trato tanto a tirios como a troyanos, sean connacionales o sean inmigrantes. No creo que los familiares de las víctimas estén tan contentos con que les hayan asesinado a sus seres queridos en aras de un crimen que no cometieron. Tampoco creo que algunos de ellos se quedarán quietos, sin buscar una revancha. Algunos lo harán por la vía legal. Otros, tomarán las armas y buscarán a los responsables y a los autores intelectuales. Algunos los encontrarán. Unos fracasarán en el intento, pero otros lo conseguirán. Y la espiral de la violencia seguirá creciendo.
Me pregunto si los yihadistas en verdad son musulmanes; pues, además de ser violentos y matar a gente inocente, con sus actos exacerban la islamofobia en este momento en que los emigrantes sirios huyen de la guerra, en situaciones bastante calamitosas. De cuando en cuando sale en las redes sociales o en los medios de comunicación la foto de un niño sirio de cuatro años, ahogado en el mar, porque la lancha se hundió, situación que podría haberse evitado si tal o cual país les hubiese dado asilo. También me pregunto si los yihadistas creerán que así van a ganar adeptos a su causa. Porque, de ser así, van por la ruta equivocada.
Los cristeros, en México, tenían razones para estar enojados con los gobiernos emanados de la Revolución, quienes les dieron la espalda. La religión fue la bandera y el asunto se puso muy feo, al estar de por medio el fanatismo. Y hablando de esta variante del fanatismo, en otro contexto, los cristianos, cuando hicieron la primera cruzada, tomaron Jerusalem, y los musulmanes dijeron "está bien. Me rindo, vamos a vivir en Santa Paz. Yo respeto tu religión". Pero los cristianos, cegados por la soberbia y la ira, no entendieron el mensaje y se dedicaron a decapitar musulmanes. Les querían dar una lección y éstos la interpretaron mal. Pues, a partir de la segunda cruzada, los musulmanes no se rindieron y le cortaron la cabeza a cuanto cristiano caía en sus manos. Y de entonces, hasta la fecha. Los cristianos no volvieron a ganar una sola cruzada pero de seguro que por ahí anda el origen de los yihadistas. Pues las cruzadas fueron guerras santas para ambos bandos ¿O me equivoco? A su vez los cristianos, durante los últimos 400 años del Imperio Romano, aprendieron a ser violentos; pues los romanos pretendieron resolver el problema del cristianismo mediante la eliminación física. ¿Le sigo o le paro? Bueno, hago una elipsis. La Biblia da cuenta de un par de hermanos, Caín y Abel. A uno, Yahvé lo favoreció, tal vez de manera injusta; y, el otro, en un arrebato de celos, envidia o la emoción que ustedes quieran, tomó una quijada de burro y con ella le rompió el cráneo a su hermano. La desigualdad social es una especie de bullying, por lo tanto es violencia. Pero, la violencia engendra más violencia, no me cansaré de repetirlo. El valiente es valiente hasta que el cobarde quiere. Y cuando el valiente le colma el plato al cobarde, el cobarde pierde los estribos, se le sube la adrenalina y hace una estupidez mayor que la del buleador: toma una quijada y se descuenta al otro. Lo mata. Se convierte en un criminal. ¿Está Usted harto de estas historias? Yo también.

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